OLIMPO
GYM
Guía Nutricional 4 - La dieta equilibrada |
|
No hay tema más controvertido en el campo
de la dietética que el de fijar unas referencias que se acepten universalmente
sobre cuál debe ser la dieta óptima para el ser humano. Por una parte, cada
grupo étnico tiene un comportamiento a nivel nutricional tan diferente como su
tipo de pelo o de piel. Por otra, los alimentos son diferentes en cada parte
del globo.
En lo único que todo el mundo está de acuerdo es en que
una dieta equilibrada es aquella que contiene todos los alimentos necesarios
para conseguir un estado nutricional óptimo. Este estado de gracia nutricional
es aquel en que la alimentación cubre los siguientes objetivos:
Aportar una cantidad de nutrientes energéticos (calorías)
que sea suficiente para llevar a cabo los procesos metabólicos y de trabajo
físico necesarios. Ni más ni menos.
Suministrar suficientes nutrientes con funciones plásticas y reguladoras
(proteínas, minerales y vitaminas). Que no falten, pero tampoco sobren.
Que las cantidades de cada uno de los nutrientes estén equilibradas entre sí.
El grupo de expertos de la FAO OMS (Helsinki 1988), estableció la siguientes
proporciones:
1.
Las proteínas deben suponer un 15 %
del aporte calórico total, no siendo nunca inferior la cantidad total de
proteínas ingeridas a 0,75 gr/día y de alto valor biológico.
2.
Los glúcidos nos aportarán al menos
un 55-60 % del aporte calórico total.
3.
Los lípidos no sobrepasarán el 30 %
de las calorías totales ingeridas.
Algo en principio muy sencillo,
pero que aún hoy es el campo de batalla de cuatro quintas partes de la
humanidad.
Cuando se consigue el primer punto con una dieta mixta
(carne o lácteos y huevos con vegetales frescos), es bastante fácil que el
segundo se complete también en cuanto a las proteínas, aunque normalmente más
bien se supera. Si se sigue una dieta vegetariana estricta es posible tener
problemas para alcanzar el mínimo proteico necesario, pero no se tendrán
problemas con la mayoría de los minerales y vitaminas si se consumen vegetales
variados. Sin embargo, sí es muy probable tenerlos con la vitamina B12
o con el hierro y el calcio.
Para asegurarnos de que no sufrimos carencias en nuestra
dieta, existen tablas con las necesidades mínimas de los nutrientes esenciales
(como las que incluimos con los requerimientos de proteínas, de vitaminas
o de minerales), pero es difícil ser consciente de cuáles son los
nutrientes incluidos en cada uno de los alimentos que consumimos cada día. Para
ello deberíamos pesar y anotar cuidadosamente la composición de cada comida a
lo largo del día. Después consultaríamos las tablas de composición de los
alimentos que se editan en nuestro país y tras llevar a cabo algunos
cálculos, compararíamos los resultados con los de las tablas de necesidades
mínimas que hayamos elegido. Así sabríamos si estamos cubriendo nuestras
necesidades reales de proteínas, aminoácidos y ácidos grasos esenciales,
vitaminas, minerales, fibra, etc. Este método funcionaría siempre y cuando
hubiéramos pesado bien cada alimento, no nos hubiéramos equivocado en ningún
cálculo y todas las tablas que hubiéramos utilizado fuesen correctas, ya que
cada día están cambiando los criterios.
Puesto que en la realidad este método no resulta muy
práctico, parece más sensato dar unas recomendaciones generales que aseguren el
cumplimiento de la mayor parte de las premisas que definen una buena
alimentación. En este sentido, la Comisión de Nutrición del Senado de los
EE.UU. difunde periódicamente unas recomendaciones dietéticas generales
aplicables a prácticamente todas las personas sanas.
A
continuación reproducimos un resumen de las últimas RDA de marzo de 1996:
|
Quizá, sólo habría que añadir que
los alimentos deben estar libres de contaminantes tóxicos o peligrosos
resultantes del proceso de producción y distribución en la industria
alimentaria de nuestros días.