Vivenvias y algo más...

En las Buenas y en las Malas…                                            

Autora: Yolanda Morales                                                                                  

Voluntaria casos de crisis

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Mis queridos amigos lectores:  ¡cuánta alegría estar de nuevo con ustedes!  Un nuevo año llegó y es bien común que en estos días todos nos saludemos y nos deseemos cosas buenas, mucha salud, que todo salga bien para este año que acaba de comenzar y así por el estilo.  Pues fíjense que curioso, este año en particular estoy más pendiente cuando le deseo a alguien un feliz año.  De todo corazón le deseo que tengan un feliz año pero les añado: En las buenas y en las malas.  Pues porque de eso se va tratar nuestro año, nuestra vida en sí, de las buenas y de las malas.  Y no vayan a pensar ni un minuto que le deseo mal a nadie, sino que a veces nos olvidamos que en “las malas” es cuando más crecemos, cuando más maduramos, cuando más nos ofrece la vida.  Es que no todo nos va a salir bien, si fuera así no evolucionaríamos!

 

Aquí precisamente es donde me detengo a meditar y a reflexionar sobre este nuevo año que tengo frente a mí.  Recientemente recibí dos noticias (que en verdad no me hicieron mucha gracia)  que las vi como algo negativo.  Me molesté con las personas envueltas y hasta me llegué a frustrar un poco.  Después que pasaron los días, como les dije, medité y reflexioné y me dije: “peores cosas pasan”.  Después de un par de días mas ya el pensamiento fue dando mas forma y llegue a la conclusión de que para qué me estaba preocupando por algo que era inevitable y que directamente no me afectaría a mí.  Fue entonces cuando apliqué la maravillosa oración: “Señor concédeme la Serenidad para aceptar las cosas que no puedo cambiar, Valor para cambiar aquello que puedo y Sabiduría para reconocer la diferencia”.  Por eso quiero compartir con ustedes el pensamiento de que sabemos que las cosas no son fáciles ni siempre hay momentos buenos, pero de esos momentos no tan buenos saquémosles el mayor de los provechos.

 

Tratemos de mirar los acontecimientos que nos suceden con la visión del positivismo, con la visión de la sabiduría, con la visión de la madurez.  Les aseguro, que al igual que yo, verán las distintas situaciones que se le presenten en la vida de otra manera. Que tengan la seguridad que en “las malas” encontrarán la fortaleza o la alegría que no habían a lo mejor experimentado estando en “las buenas”.  Sino traten de recordar cuando han estado en “las malas” si después de eso no han tenido alguna lección, no han aprendido algo o han progresado en ciertas áreas.  Si prestan mucha atención verán que es así.  Y como les decía en alguna ocasión, aun en las desgracias hay algo que aprender.  

 

Por eso hoy, vuelvo a felicitarlos y desearles que tengan un buen Año en Las Buenas y en Las Malas…

 

Nos vemos en la próxima edición y gracias por todas sus cartitas.  Muchos saludos!!!!!!

Charla sobre El síndrome de la supermujer

Oradora Lily García, periodista, locutora y motivadora en Puerto Rico.  

Por: Libni E. Sanjurjo

 

Los roles que consecutivamente la mujer desempeña, como el de madre y esposa, la convierte en una supermujer: la víctima y la codependiente; al contrario de la mujer super que conoce quien es en esencia, explicó Lily García.

 

García, periodista y motivadora en Puerto Rico, presentó el sábado 24 de marzo la charla sobre El síndrome de la Supermujer en San Juan, Puerto Rico. 

 

La oradora indicó que la  supermujer se caracteriza por ejercer muchos roles, los cuales “no son lo que somos…el día de mañana te quedas sin trabajo y sin marido, ¿y quien eres entonces?”

 

“La supermujer no se da tiempo a ella misma, no conoce su esencia, sólo sus roles”, recalcó Gacía y opinó que ésta debe reestructurar y dejar de ser lo que cree que es porque así se lo impusieron desde niña.  “La mitad de lo que pensamos es porque estamos programadas desde pequeñas.  A medida que la mujer madura se parece más a su madre”, comentó y recibió la risa del público como aceptación de lo expuesto. “Es peor seguir anesteciado que no saber quien eres”, recalcó ante la tendencia del miedo al cambio, por dejar de ser quien se cree que es.

 

El rol de la víctima, una de las características de la supermujer,  es la persona que se considera ser la más buena.  “Lo cómodo de ser víctima es que te cogen de pena”, aseguró.  La víctima por lo general, detalló quien también es locutora de la estación radial Fidelity 95.7 (Puerto Rico), se siente herida; comparte historias similares; dá excusas para no hacer nada y tiene miedo a la soledad. 

 

Por otra parte, “la frase buena mujer, madre abnegada, etc.”, es el apodo de la codependencia, la cual, según García, significa “entender que nuestra felicidad la encontramos a través de otras personas”. 

 

La motivadora enumeró las características de la mujer codependiente, algunas de estas son: hace cosas que no desea hacer; realiza favores a personas que están capacitadas; repite mucho el mismo mensaje (“cantaleteo”); piensa y habla por los demás; sufre las consecuencias de las acciones ajenas y le da más interés a las necesidades de otros que a las propias.

 

La mujer codependiente “sigue en esa misma situación porque entiende que es rescatadora”, enfatizó.  Es decir, siente que tiene que arreglarlo todo, a pesar de que no se lo han pedido.  “Una cosa es que te pidan ayuda y otra que tú la quieras  dar”, comentó.

 

La charla se desarrolló en un ambiente ameno y familiar, en donde la audiencia, compuesta sólo de mujeres,  se sintió en la libertad de expresar sus experiencias y hacer preguntas.  La exposición del tema estuvo acompañada de varios ejemplos que apoyaban las ideas expuestas, los cuales fueron aceptados con agrado por el público.  García también anunció la publicación de su primer libro, Mi caja de herramientas.

VIOLENCIA DOMESTICA

“Epidemia contra la Mujer y la Niñez”

 

Por:  Evelyn Tosado-Quiñones, CCDr.

Comunicación y Consejería Superacional

E-mail:  [email protected]

 

Usualmente, cuando utilizamos la palabra “EPIDEMIA”, nos referimos a una enfermedad o condición que afecta nuestra salud física, que ha alcanzado niveles incontrolables, de consecuencias devastadoras y que hay que atacar de inmediato por todos los flancos.  No obstante, cuando un mal sicológico o social alcanza niveles en extremo “difíciles de controlar”, esto también se considera una “epidemia”, en términos sociales y de salud, quizás aún más incontrolable, ya que no sólo involucra a “la víctima” (o víctimas), sino también “al victimario” y a toda la sociedad.   Todos los días, la prensa y demás medios de comunicación alrededor del mundo resaltan entre sus noticias principales, gran cantidad de casos de Violencia Doméstica.  Si a esto le añadimos que la mayoría de los casos nunca llegan a la mesa de redacción de los distintos medios, realmente estamos hablando de un mal con alcance epidémico global.  

 

A diario se observan alrededor del mundo aumentar los titulares como:  “SIETE MILLONES Y MEDIO DE VICTIMAS POR VIOLENCIA DOMESTICA” -en la Unión Europea (UE)- (1 de cada 25 mujeres) -diario El País – España, Agosto 2000- Es decir, 1 de cada 25 mujeres, sin contar los niños y niñas, también  víctimas.  Y cada día llegan a nosotros noticias como la de que según un estudio realizado en Nueva Zelandia en 1994, se resalta que “el costo de la violencia en el hogar fue de 1.200 millones de dólares, cifra que superó los ingresos de ese país por concepto de exportaciones de lana, o a los recursos gastados en indemnizaciones por desempleo.  Esta situación TIENE que ponernos a pensar en que es hora ya de que la Violencia Doméstica sea tipificada en todos los países del mundo, como un crimen de alto alcance, en un crimen no solo contra la mujer, sino contra toda la sociedad, ya que las víctimas son muchas, múltiples, variadas y el precio que estamos pagando es demasiado alto, siendo las víctimas directas las mujeres y los niños y niñas, o sea, las mujeres de hoy y los hombres y mujeres del futuro.

 

A principios del pasado año, el Sr. Nitin Desai, Secretario General Adjunto de las Naciones Unidas y Jefe del Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de la ONU, se expresaba sobre el tema en una carta circular titulada “No se trata simplemente de un asunto de mujeres”:

 

 “Una cuestión de importancia considerable es la epidemia de violencia basada en el género que ha generado el hombre…que ha confinado a la mujer al papel de subeditada y han llevado al hombre a creer que la violencia es aceptable para resolver los problemas a escala nacional, social y personal. …La violencia resulta costosa en todas las sociedades, y la violencia contra la mujer también tiene su costo en las vidas malogradas de las mujeres y los niños, y en la desintegración de las familias, lo que acarrea graves consecuencias para la sociedad en general.  También tiene consecuencias presupuestarias:  hay que encontrar recursos extrapresupuestarios para hacer frente a los costos adicionales derivados de los daños que ocasiona la violencia al sistema físico, mental y reproductivo de la mujer… Tenemos que eliminar todas las barreras que entorpecen la igualdad plena… y el logro de la igualdad de acceso de las mujeres y las niñas a la educación y los servicios apropiados de salud, especialmente la atención a la salud reproductiva…”

 

Es así como en el Preámbulo y los primeros 5 Artículos de la “Declaración Universal de los Derechos Humanos” encontramos apoyo a las antes mencionadas iniciativas (fragmentos):

Preámbulo:

-“Considerando que la libertad, la justicia y la paz en el mundo tienen por base el reconocimiento de la dignidad intrínseca y de los derechos iguales e inalienables de todos los miembros de la familia humana…que el desconocimiento y el menosprecio de los derechos humanos han originado actos de barbarie ultrajantes para la conciencia de la humanidad….“Considerando esencial que los derechos humanos sean protegidos por un regimen de Derecho…“La Asamblea General Proclama la presente Declaración Universal de Derechos Humanos…”

Art. 1. “Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y dotados como están de razón y conciencia deben comportarse fraternalmente los unos con los otros.”

Art. 2 “Toda persona tiene los derechos y libertades proclamados en esta Declaración, sin distinción alguna de raza, color, sexo… o cualquier otra condición…”

Art. 3  “Todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona.”

Art. 4 “Nadie estará sometido a esclavitud ni servidumbre; la esclavitud y la trata de esclavos están prohibidas en todas sus formas.”

Art. 5  “Nadie será sometido a torturas ni a penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes.”

 

Luego de leer el anterior fragmento de tan importante documento, y considerando datos de una reciente encuesta realizada por la Fundación Mujeres, de la Unión Europea, es interesante ver que la solución que los hombres encuestados ofrecen a esta “epidemia” se circunscribe a que los gobiernos tienen que atajar esta situación basándose en dos aspectos:  castigando a los agresores, sobre todo, pero también educando a la juventud y aplicando de forma estricta las leyes que ya existen”.  Estas alternativas son las mismas que hubieran ofrecido, de seguro, los encuestados en el continente americano y, en su mayoría, el resto del mundo.

 

No obstante, en este preciso momento y a estas horas, no viene a mi mente otra pregunta que no sea:  ¿Cuántos millares de mujeres, niños y niñas estarán siendo maltratados… en este preciso instante… por un hombre y padre agresor… y cuántos miles de ellos y ellas mañana no verán un nuevo amanecer, y… si lo ven, cuántos(as) vivirán un día más de angustia, sin saber qué les espera.  Es por ello que, bien sea que tú conoces alguno de estos casos, o eres uno de esos agresores, o una de esas víctimas, por favor, no te quedes callado(a); busca ayuda de un profesional de la conducta humana,  salud mental, o alguna entidad que ofrezca tales servicios.  

¡Tú naciste para ser libre!  A veces hasta de ti mismo(a).

¡Tú naciste para ser feliz!   Busca ayuda.